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sábado, 29 de enero de 2011

Cannabis, padres e hijos II: "Ya se encargarán ellos"

Bien por que el cannabis (y las drogas en general) sea un tema tabú dentro de la familia, o bien porque los progenitores no se encuentren capacitados ni informados, o bien por que se tenga una confianza plena en el sistema educativo español, el “ya se encargarán ellos”, el depositar el total de la educación de nuestros hijos en sus colegios y sus profesores, es una opción tan válida como las otras, aunque no siempre sea la más adecuada.

En los centros de enseñanza, además de impartir clases de las asignaturas “típicas” se imparten cursillos y charlas sobre una gran diversidad de temas, desde circulación vial cuando son más pequeñitos, hasta sexualidad cuando entran en la adolescencia. Las drogas, también son un tema de los que se imparten charlas y cursillos, aunque esta buena intención, deja a veces mucho que desear. Es necesario un cambio de estrategia y sentido a la hora de presentar el cannabis (y las drogas en general) en los centros de enseñanza, ya que, como bien dice Xavier Roca, jefe de estudios del IES Jaume Mimó, “la inercia, incapacidad crítica y la desorientación se aliaban para producir una especie de breviario…que entre otras cosas, no educa”. El problema que existe en los centros de enseñanza, es que tan solo presentan una versión, una única realidad sobre el cannabis (o la droga que sea) y esta se presenta y se toma como única verdad absoluta. Tienen toda la razón y no mienten, a la hora de presentar los efectos negativos en la salud mental y general que acarrea consumir cannabis durante la adolescencia.

En el numero anterior de Soft Secret podíamos leer el artículo de Mamiko “Cannabis y salud mental: la adolescencia como factor de riesgo”, podíamos ver una realidad que no queda exenta del cannabis (por mucho que nos guste) y es esta realidad la que se presenta en los centros de enseñanza, pero no es la única verdad acerca del cannabis, aunque si sea la única que se expone a los jóvenes. Esto se debe, entre otras cosas, a que el grado de información del profesorado deja mucho que desear, no alcanza niveles óptimos ni mucho menos consenso. Dejar la educación en cuestión al cannabis (y al resto de drogas en general), únicamente en manos del sistema educativo, como hemos dicho, es una opción válida por su veracidad, pero no se trata de una opción educativa completa, ya que en los centros de enseñanza tampoco se encuentran los recursos necesarios para completar esta materia de aprendizaje, el cannabis.

*Ver Cannabis, padres e hijos I: Intro e índice


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